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jueves, 17 de junio de 2010

Historia del Transporte en la Provincia de Buenos Aires

Galeras y Diligencias
hasta la aparición del Ferrocarril
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Los primeros pasajeros que anduvieron por estos pagos llegaron en 1669, por orden del gobierno, dependiente en ese entonces del Virreinato del Perú, quien ordenó la formación de una tropa de 60 carretas con un millar de hombres –entre ellos 440 soldados– para llegar a las Salinas Grandes en procura de sal para la Metrópoli.
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Casi ochenta años después, en 1748, el jesuita José Cardiel llegó a la desembocadura del río Quequén Grande y levantó los primeros mapas de la región. Pero hasta después de 1820 no comenzó la colonización de la zona, apoyada por fortines que lentamente desplazaban al indio hacia el sur.
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Las empresas de mensajerías, surgidas a mediados del siglo XIX, acortaron notablemente el tiempo de viaje entre Buenos Aires y el sur de la Provincia a 8 ó 10 días. Las rutas o “carreras” trasladaban pasajeros, encomiendas y realizaban el correo oficial a través de postas separadas entre 2 y 4 leguas, verdaderos paradores donde el viajero descansaba y se cambiaban las cabalgaduras de las diligencias o galeras (1). Las postas dependían desde 1859 de la Administración General de Correos. Las disposiciones oficiales decían que las galeras podían transportar en verano 14 pasajeros y 40 arrobas de carga, mientras que en invierno estos números se reducían a 9 y 25, respectivamente.
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Los carruajes, sólidos y ágiles, efectuaban 2 ó 3 viajes mensuales. El mayoral, amo y señor de estos vehículos, anunciaba con toques de corneta el arribo y la partida en las postas. Conducía desde el pescante a cuatro caballos al tronco. Varias yuntas de hasta 5 animales, guiadas cada una por un cuarteador, acompañaban la marcha, que se realizaba “a media rienda”, entre el galope y la carrera.
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Galeras en el Sur de la Provincia
En la zona que luego formó el partido de Necochea, apareció la galera por 1863. Se poseen referencias de sus llegadas a la estancia San Andrés de Egaña y a Médano Blanco. Se daba así mayor extensión a las mensajerías que desde 1857 llegaban hasta El Moro y la Laguna de los Padres, mediante el servicio de las empresas "Españolas y Americanas" y "Nuevas Peninsulares".
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Estaban aquellas bajo la dirección del famoso empresario de galeras, don Luis Moreno, que actuó durante más de veinte años en la parte Sur de nuestra provincia.
En ese 1863, se asoció a don Mateo Sevigné fundando la empresa de mensajerías "Las Generales al Sud". Tenían oficinas en Buenos Aires calle Piedras 81.
Tenían 7 líneas de galeras, salían de Plaza Monserrat, de dos populares hoteles de la época: el del Vasco Oribe y el "España" de doña Joaquina. La administración la ejercía don J. Giménez Vinetti.
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Uno de sus recorridos: Buenos aires, Chascomús, Dolores, Azotea de Pizarro, Cosme Pujol, Pulpería de David, Juncal de Lezama, Cacique Negro, la Sultana de Fernández, Pulpería de don Leandro Díaz, Rincón de Baudrix, El Verano, Estancia Castañeda, Estancia Rico Moro, Estancia Francisco Ferreira, Tamanguillú, Estancia San Antonio de Arruda y Quequén; los días 8 y 22 del mes.
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Salida desde Chascomús
Cuando en 1865 se inauguró el tramo ferroviario entre Plaza Constitución y Chascomús, las empresas de mensajería trasladaron las oficinas y punto de salida desde Chascomús; se aumentaron entonces los viajes al Sur; se hicieron tres en vez de dos a Tandil, Laguna de los Padres, Lobería y Quequén. A medida que avanzaba el ferrocarril, se comprimían las distancias.
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Estación Sevigné
En el año 1872, don Mateo Sevigné adquiere a don Indalecio Ochoa una parcela de 545 Ha en proximidades de Dolores, sobre el camino que une a Chascomús con esta ciudad, parte de ellas inundadas por la laguna "La Limpia". Pero en 1874, a raíz de la prolongación del trazado del ferrocarril, dona parte de esas tierras, dando lugar a la creación de la estación y poblado que hoy llevan su nombre.
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